El pasado 8 de marzo se visibilizó un punto de inflexión en nuestro país. Las mujeres y muchos hombres de nuestro país salieron a la calle para decir ¡basta ya!. Basta ya de las diferentes formas de violencia que se ejercen sobre las mujeres, basta ya de ¿violencia de género? o ¿violencia machista?. He ahí la cuestión.
El problema de la violencia de género tal y como está contemplada en la Ley 1/2004 de Violencia de Género es que concibe que existe una violencia específica en la sociedad que sufren las mujeres por razón de su género (hasta ahí bien), pero sigue concibiendo esta violencia dentro de las relaciones afectivas: parejas o ex-parejas. Sin embargo, es un hecho que las violencias y desigualdades que sufre una mujer en la sociedad no quedan relegadas al ámbito de la pareja.
Las violencias machistas son una vulneración de derechos humanos contra las mujeres que surge como manifestación de la discriminación y de la situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de poder de género. Estas violencias se dan por medios físicos, económicos y psicológicos, e incluye las amenazas, las intimidaciones y las coacciones, tanto si se produce en el ámbito público como en el privado y (aquí la gran diferencia) con independencia de la relación que haya entre el agresor y la víctima.
Casos como el de Diana Quer, la manada o Laura Luelmo ponen crudamente sobre la mesa la insuficiencia de la ley de violencia de género para proteger a las mujeres y el desfase de este concepto. Ellas no son consideras violencia de género porque no mantenían o habían mantenido una relación con sus agresores y asesinos. Sin embargo, no cabe duda de que el machismo y sus violencias nos deja muchas víctimas fuera de las relaciones afectivas.
Las violencias machistas, además de señalar el problema con claridad, sin tapujos, pone el foco sobre un concepto de violencias contra las mujeres que trasciende el ámbito de la pareja; en otras palabras: pone el foco en el espacio público y los atentados contra la libertad sexual. Esta fue una de las cuestiones que se planteó con mayor vehemencia durante el Pacto de Estado. Y es que el Convenio de Estambul ya reconoce estos otros tipos de machismo violento y desde Unidos Podemos solicitamos que así fuera recogido en este Pacto, a lo que nos encontramos con la oposición de PP y Ciudadanos y la ambigüedad del Partido Socialista. ¿Por qué siguen negando la mayor y consagrando la violencia contra las mujeres al ámbito privado y de las relaciones afectivas? ¿Por qué siguen contabilizando sólo una parte de las víctimas? ¡Queremos que de una vez se cuente bien cuántas son las víctimas en el estado español por asesinatos machistas!
Es urgente que haya avances en esta línea, por ello, frente a quienes no están interesados en avanzar en la protección de las mujeres de este país, ya en julio Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea registró una “Ley para la Protección Integral de la Libertad Sexual y la erradicación de las Violencias Sexuales” que planteaba que las violencias sexuales son una parte de las violencias machistas y son una cuestión social que refleja un problema estructural. Estas violencias son utilizadas por el agresor para ejercer poder y reforzar una ideología de dominación ya que al mismo tiempo que inflige un daño individual sobre la persona agredida, envía un mensaje a todas las mujeres: un mensaje de inseguridad y dominación radicado en el género, y sobre toda la sociedad, en la reafirmación de un orden patriarcal.
Esta Ley entre otras muchas cosas proponía una reforma del Código Penal para la modificación de los delitos sexuales: eliminar el delito de abuso sexual y que todo sea considerado agresión sexuales y añade un tipo específico de agresión sexual colectiva, que se prevé para aquellas ocasiones en las que los agresores se aprovechen de la situación objetiva de superioridad manifiesta. Un cambio sobre el que hay un notable consenso entre las juristas y las formaciones políticas, que se posicionaron a favor tras la publicación de la sentencia a ‘la manada’.
Así pues, es urgente que las leyes y todo el aparato institucional vaya avanzando y dando respuestas efectivas y a la altura de los tiempos, para lo cual es fundamental superar el concepto de violencia de género tal y como está recogido en la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.