Hemos registrado una proposición no de ley que insta al Gobierno de Aragón a reconocer los cuidados como un sector económico estratégico y a asumir esta cuestión como un eje transversal, aumentando además la implicación pública.
El trabajo de cuidados es un trabajo poco valorado, absolutamente precario y mayoritariamente feminizado (un 83% de las personas que cuidan son mujeres) con una falta de cobertura pública.
El perfil de las mujeres que cuidan son aquellas vinculadas a las personas dependientes por lazos familiares (no mercantiles) dentro del ámbito invisibilizado del hogar o son trabajadoras remuneradas de forma muy precaria.
En España en 2017, el 94,9% de las reducciones de jornadas para cuidar las asumieron mujeres, sacrificando su carrera profesional. El porcentaje de hombres no llega al 5%.
Hoy en día vivimos una crisis de los cuidados debido a:
– la progresiva ruptura de los esquemas tradicionales de género por parte de las mujeres
– la falta de implicación igualitaria de los hombres en las tareas de cuidados
– el desmantelamiento del PP de los sistemas públicos de bienestar y la precarización del mercado de trabajo
– el retroceso en las prestaciones y servicios efectivos de la Ley de Dependencia
– y la falta de centralidad de los cuidados en las políticas sociales.
Además el aumento exponencial de la esperanza de vida hace que en Aragón haya 226.000 personas entre 65 y 84 años y 51.664 de más de 85 años que requieren cuidados.
Por ello creemos que nuestra propuesta de invertir y profesionalizar el sector de los cuidados es indispensable para provocar un cambio profundo y significativo en nuestro modelo de país, generando empleo, reduciendo desigualdades y contribuyendo a asentar población en el medio rural.
Proponemos: universalizar el derecho de las personas a recibir una atención digna a la dependencia y asistencia a domicilio, garantizar unas ratios adecuadas y plantillas públicas de profesionales en residencias públicas y Centros de Día y asegurar la cobertura de la cotización de la seguridad social a las personas cuidadoras no profesionales en el entorno familiar.