El Gobierno de Azcón comienza a talar los árboles de la plaza Salamero. Una actuación radicalmente opuesta a las recomendaciones de expertos y científicos en materia de adaptación de las ciudades al escenario de cambio climático.
Con esta actuación, Azcón está proponiendo una vuelta al pasado: uno de los retos que afrontamos en este siglo XXI es la creación de espacios de vida más sanos, más sostenibles y más habitables. Esta actuación va en la línea opuesta.
Azcón desoye al Ministerio: Mientras el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica nos empuja, incluso mediante un plan de ayudas, hacia el desarrollo de zonas verdes en las ciudades para paliar los efectos del cambio climático, Azcón propone hacer todo lo contrario talando los árboles de la plaza Salamero.
Nuestras ciudades necesitan espacios verdes, pulmones urbanos, y pequeños ecosistemas que nos ayuden en la captación de contaminantes nocivos para la salud de las personas. Los árboles son filtros de contaminantes urbanos como el monóxido de carbono o los óxidos de nitrógeno.
Los árboles son unos aliados para la mejora de la salud: Mejoran la calidad del aire y reducen el efecto invernadero ya que absorben CO2 y fijan Carbono. Regulan la humedad del aire y reducen el efecto «isla calor» de las ciudades enfriando el aire.
También contribuyen a mejorar la biodiversidad urbana, convirtiéndose en un refugio para las especies.