El martes comenzó el juicio del procés, un juicio que responde a la estrategia de judicialización de la política que inició el Gobierno del PP. A estas alturas ya todos somos conscientes de que la solución al conflicto catalán nunca pasará por los tribunales, sino por el diálogo, por la escucha y por la bilateralidad.
Que Cataluña y el conflicto territorial vuelvan a ser noticia por la falta de soluciones ante un problema político, y por la judicialización de un conflicto político que impulsó el Gobierno del PP, son un mal síntoma para España.
El inicio del juicio del procés nos coloca más lejos de la solución política al conflicto. La judicialización de la política pone en jaque la separación de poderes y desacredita nuestro sistema judicial ante Europa.
Todos somos conscientes de lo que supuso 7 años de Gobierno del PP para el conflicto catalán: lejos de encontrar soluciones, Rajoy nos dejó un problema político más enquistado.
La solución al conflicto catalán no pasará por la judicialización de la política, ni por los 155os ni por la política del aplastamiento que proponen desde el bloque reaccionario. La solución al conflicto catalán debe abordarse desde el diálogo y desde la bilateralidad.
Es una mala noticia que hablemos de políticos presos a punto de enfrentar penas altísimas e injustas, en lugar de hablar de diálogo y salidas políticas.
La prisión contra políticos y líderes independentistas por más de un año es injustificablemente cruel y desproporcionada, y así lo reconocen cada vez más personas. Esto no va solo de Cataluña, sino de garantías democráticas y defensa de nuestro Estado de derecho.
Desde Podemos insistimos en que el conflicto en Cataluña, judicializado desde la época de Rajoy, sólo puede tener una salida política. Toca que todas las fuerzas dialoguen en lugar de seguir apostando por el enfrentamiento.