Los estudiantes universitarios de Zaragoza sufren el mismo problema cada vez que llega el verano, las Navidades o la Semana Santa: las bibliotecas públicas cierran y quien no tiene un lugar adecuado en su casa para estudiar se encuentra con serios problemas para avanzar en sus estudios en días en los que más tiempo tienen para hacerlo, precisamente. Lo mismo pasa durante los días festivos y otros no lectivos, como los sábados.
La Universidad de Zaragoza alega que no tiene fondos económicos suficientes para asumir la apertura de las plazas durante los días no lectivos si no quiere incumplir el “plan de racionalización del gasto” acordado con el Gobierno de Aragón -es decir, los recortes-. Para evitar que los estudiantes sean paganos de esta situación injusta, hoy Maru Díaz ha defendido una proposición no de ley en las Cortes de Aragón para instar al Gobierno autonómico a que busque, junto a la Universidad de Zaragoza, la mejor fórmula para poder abrir las salas de estudio en festivos y en verano. La iniciativa ha salido adelante, pese a la abstención de Ciudadanos y de CHA.
Además, hay que tener en cuenta que de las 2.500 plazas de estudio que hay en la ciudad de Zaragoza, 650 corresponden a la Facultad de Filosofía y Letras, que va a ser reformada en los próximos meses. Es decir, este asunto se debe abordar sí o sí, ya que habrá que ver cómo se cubren estas 650 plazas en los días lectivos. Desde Podemos, creemos que es una buena oportunidad para revertir los efectos de los recortes y promover que las bibliotecas universitarias, pero también otros servicios como las secretarías o las salas de informática, vuelvan a estar abiertas durante todo el año y se recupere así la igualdad de oportunidades para todo el alumnado.